23 d’agost 2006

Finlandia, la llegada

Como bien pocos sabrán, desde ayer mi situación física ha cambiado unos kilómetros (unos poquitos). Estos días estoy visitando una de las ciudades que siempre me ha gustado, Helsinki, una ciudad moderna, cuyos transportes metropolitanos me han impresionado. Yo me esperaba que todo se hiciera a base de metro, como en la mayoría de ciudades europeas, pero aquí, la mayoría de gente se desplaza usando el autobús (que hay uno a cada rato) o bien el tranvía, que por lo que me han dicho hay como 10 lineas. Bueno, voy a explicar que ha sido de mi vida desde ayer hasta esta hora ...
Esta era la primera vez que compraba un billete de avión a través de Internet para mi solo, pero creo que a partir de ahora voy a confiar más en el sistema, aunque no en las compañías aéreas (véase aena :P). En este caso, mi avión era de la compañía Scandinavian Airlines, llego al cartel donde están los logotipos de todas las compañías y ... allí no había escandinavo que valga. Bueno, entramos (yo y mi hermana), preguntamos a la de información y nos dice "Ah! tienen que ir al de spanair". Nosotros respondimos por dentro "Ah claro, por supuesto, como no habíamos caído ..." (nótese el sarcasmo). Llegamos al mostrador de spanair y nos dicen que debemos ir a las puertas X para embarcar, ninguna de ellas con un nombre spanair ni escandinavo, ni nada, el nombre que había era Blue1 (Después he descubierto que era una filial, o algo así). En fin, yo creo que he venido aquí de rebote en una compañía que le sobraba un asiento.
Durante todo el vuelo, no he conseguido pegar ojo, o bien porque mi cabeza no era capaz de estarse quieta donde debía o porque la luz del lavabo se encendía indiscriminadamente. He de decir que el vuelo no ha sido demasiado molesto, no he tenido que sufrir como en anteriores vuelos de una compañía que no voy a mencionar (vale, era easyjet) en los que la mayoría de gente sintió ganas de expulsar los contenidos estomacales ... Incluso he notado una mejora con los aviones nacionales de iberia.
Finalmente he llegado a Helsinki y tras esperar durante al menos 1 hora al autobús y conocer a una autóctona de la zona, he conseguido llegar a la estación para comprar el billete para mi próximo destino (Savonlinna) y llegar hasta el hotel para poder dejar las maletas (25 kg repartidos en 2 maletas).
He hecho un poco de turismo por el centro de Helsinki mientras intentaba no quedarme dormido (recuerden que no he dormido y que no estoy acostumbrado a ello) en autobuses y tranvías. Finalmente he decidido que ya no podía más y he venido al hotel a dormir la mona, una siesta que ha representado el sueño de toda una noche :S
Por ultimo, me gustaría decir que los finlandeses (y las finlandesas ;-) son muy amables y que gracias a su nivel de ingles, están dispuestos a ayudarte en todo. Gracias por existir Finlandia